'RESURRECCIÓN DE LA ANGUSTIA DEL SÁBADO'
Lunes, 15 de junio de 2015, El Exégeta
Por Ena Columbié

El 31 de marzo del 2013, murió en Nueva York, a la edad de 85 años, uno de los críticos de cine más emblemáticos de la intelectualidad cubana, dentro y fuera de la Isla: René Jordán. En Cuba se le consideró un renovador de la crítica al uso, imponiendo en su estilo irónico, técnicas audaces y modernas y una erudición realmente escasa en el medio. Escribió para la revista Cine cubano, y posiblemente trascendencia innovadora de esta revista que aglutinaba un nuevo grupo de realizadores, fuera lo que lo lanzó a un estilo propio de vanguardia; también publicó para el periódico Excelsior, la revista Bohemia, El Nuevo Herald, Film Quarterly, The Village Voice, Films in Review, Cinema y Film Ideal, y muchos otros medios periódicos y seriados. Publicó una serie de biografías de personalidades del cine como Gary Cooper, Clark Gable, Marlon Brando y Barbra Streisand. Así como Historia Ilustrada del cine, junto a Charles Ford, con ediciones en el 1974, 1979 y 1981.

No solamente el cine fue parte de su mundo creativo, la narrativa también lo fue, aunque tal vez el mundo del glamour terminó por alejarlo de ella; no obstante, desde el primer momento pareció presentarse como una promesa, publicó en las revistas Ciclón, Mariel y otras. Formó parte de la dirección de Lunes de Revolución, y fue mención en la primera convocatoria al premio Casa de las Américas, con su libro de cuentos La angustia del sábado. El jurado que validó dicha mención estuvo conformado por figuras importantes de la literatura hispanoamericana. El libro nunca vio la luz, primero por la censura a que fue sometido al salir Jordán del país, y luego por decisión propia del autor; tal vez por ello es que este escritor resulta un total desconocido, sobre todo para las generaciones posteriores a él.

El 4 de febrero del 2013, la revista digital Cubaencuentro, publica en su sección de cine, un artículo de Roberto Madrigal titulado, "Se cierra un capítulo" que termina diciendo sobre Jordán: Ahí queda su obra, dispersa, a la espera de un compilador. A la espera también de una merecida reivindicación, de un improbable acto de contrición de los censores. Eso es precisamente lo que ha hecho el joven escritor Carlos Velazco, recuperar para la historia de la literatura cubana La angustia del sábado, ahora publicada en el exilio bajo el sello de la Editorial Silueta. El compilador y prologuista dice sobre el volumen: …es la reparación de dos injusticias. La primera: el que su versión íntegra no se publicara en 1960 -aun con la validación de Virgilio Piñera, Lino Novás Calvo, Miguel Ángel Asturias y Antonio Ortega-, por el hecho de que su autor se exiliara de su país. La segunda: el olvido al que lo relegaron los especialistas en literatura cubana radicados en todas las geografías, perpetuando su exclusión de panoramas y estudios, por la incapacidad de leer como conjunto una obra dispersa en revistas y magazines. Son razonables estas "dos injusticias" que refiere Velazco; pero insisto, en que la mayor injusticia la cometió el propio escritor al silenciar su propia obra, como puede leerse en el prólogo, cuando el compilador insistía en sacar su narrativa de las sombras: Por mi parte, quiero que aquí concluya la resurrección arqueológica, fue su respuesta.

La angustia del sábado (Editorial Silueta, 2015) es también el resultado de una ardua labor de investigación mayor, que agrupa nombres perdidos en las sombras del tiempo, y que ya está arrojando luz. El libro posee un prólogo encomiable de Carlos Velazco con muchos detalles sobre Jordan y su tiempo. Indago con Velazco, por qué escogió a Jordán, Podría intentar una relatoría de la experiencia estética, y quedaría solo en la antesala del beneficio que nos deja la verdadera literatura: la aceptación del caos, el renegar de lo que nos enseñan (y somos), la herejía total. Eso lo entenderán quienes se enfrenten a cuentos como 'Réquiem para Cuca, mi tía', 'La angustia del sábado' y 'Una movida chueca'. Quizás armar el libro de René Jordán fue también una forma inconsciente de exorcizar en el otro el peligro que amenaza a todo el que comienza: quedar en la promesa. Me responde.

Son 13 cuentos comunes, posiblemente regodeando algunas experiencias vividas y por ello se sienten tan cercanos. Como realizador de cine en ciernes, que al final se convirtió en crítico, los temas escogidos por Jordán gozan de una actualidad impresionante, precisamente porque lo más universal es, el día a día de cada hombre. Una mujer que envejece; alguien que regresa buscando su pasado; la traición al amor, al matrimonio, a la religión; la muerte y los nudos que se forman; el desencuentro y la prostitución y otros parecidos a la realidad del lector.

De los cuentos que conformaban originalmente el libro, creo haber recogido casi todos los que aparecieron en publicaciones periódicas antes o después de la mención en el certamen Casa de las Américas 1960." Continúa contándome Velazco. "Tenía que conocer a Elizabeth Mirabal (quien luego me ayudaría a buscar los cuentos), a Elsa Nadal y Silvia Bota (que posibilitarían mi investigación en la Cuban Heritage Collection e intervendrían en la edición del libro) y a Rodolfo Martínez Sotomayor y Eva M. Vergara, de la Editorial Silueta, para que La angustia del sábado de René Jordán, se materializara por fin, cincuenta y cinco años más tarde. ¿No es espantoso? Se pregunta el joven investigador.

Los personajes son madres, tías, ancianas, niños malos, putas, cubanos convertidos en turistas… todos ellos apoyados en el universo de la historia, que se encaminan respetando las reglas establecidas de los elementos estructurales: planteamiento, nudo, clímax, desenlace. Utilizando por lo general al narrador omnisciente y la primera persona, convenciéndonos esta última, de que hay mucho autobiográfico en los relatos; por eso me interesa la opinión de Velazco sobre el hombre. Su figura nos enseña una alternativa a ese escritor que se enfrasca en proyectarse socialmente y que termina siendo un oráculo, pero no un artista. La voz narrativa de René Jordán alcanza autonomía por sobre la herencia de Salinger, West y Nabokov. En La angustia del sábado encontramos una 'mirada' que debía formar parte de literatura cubana desde inicios de los sesenta, y que solo se preservó en la crítica cinematográfica que continuó haciendo el autor. El haber dejado escrito esos cuentos y su sostenido oficio como crítico, permite que aún después de muerto René Jordán sea un sobreviviente.

Los cuentos siguen una narrativa tradicional al tiempo cronológico en sí, dejándolo fluir y convirtiendo el relato en una lectura fácil, una clara y agradable exposición, que lleva al fino humor, la ironía velada, y atrapa en ocasiones con descripciones físicas y psicológicas, que por su sinceridad pueden resultar rudas, sorprendiendo muy agradablemente nuestras expectativas.

Carlos Velazco junto a su esposa, la también escritora Elizabeth Mirabal, han dedicado mucho de su tiempo más que a crear su propia obra, resucitando figuras ocultas u olvidadas y de ese esfuerzo son los libros: Sobre los pasos del cronista (2011), Tiempo de escuchar (2011) Buscando a Caín (2012), Hablar de Guillermo Rosales (Editorial Silueta, 2013) y Chakras. Historias de la Cuba dispersa (Editorial Verbum, 2014). A la pregunta de por qué ese marcado interés en la búsqueda de lo que ya se ha dejado como perdido, me responde, El magnetismo que ejercen los ausentes, la persona que ha sido borrada de la foto, la obra escamoteada. Suelo implicarme demasiado, incluso a nivel emocional, en las investigaciones. Aunque el empecinamiento en verdad se produce cuando te impulsa no la condescendencia por una existencia azarosa, sino la inmortalidad de esa obra. También ha ocurrido que el destino de esas que calificas como "figuras ocultas" ha terminado atrapándome.

No hay en estos cuentos un compromiso político, sin embargo, el hecho de narrar la historia en el tiempo, propone un panorama útil para insertar este material dentro de los imprescindibles a la hora de desmontar la historia cubana, no sólo literaria, sino también, la de los hombres y su país, en esto radica la importancia de este libro, que conoceremos a un magnífico narrador que utiliza como en el cine la obra literaria como campo de acción, pero también de iluminación.

La angustia del sábado, se presenta en el CCEMiami, el viernes 19 de junio a las 7 p. m.
1490 Biscayne Blvd, Miami FL 33132, 305-448-9677, www.ccemiami.org

 
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