'LUCES'
Por Luis de la Paz, Diario Las Américas
Jueves, 24 de enero de 2013

Con la publicación de Luces (Editorial Silueta, 2013), libro de cuentos de la hasta ahora conocida como poeta Ena Columbié (Guantánamo, Cuba, 1957), la escritora entra de lleno en el selecto y sólido grupo de narradoras cubanas en el exilio, donde se distinguen en el género voces importantes como las de Zoé Valdés, Daína Chaviano, Teresa Dovalpage, Amelia del Castillo y alguien que ya poco se menciona, pues está retirada, pero que es una de las más sobresalientes narradoras cubanas, Hilda Perera.

Los cuentos de Luces son sobrios en su hechura, intensos en su contenido. Oraciones cortas y afiladas marcan el ritmo de las narraciones, que transmiten vívidos y sobrecogedores momentos. Con estos relatos tallados con precisión de orfebre, pero con aristas muy humanas, Ena Columbié se adentra en los más recónditos conflictos del hombre. Sus personajes son seres vapuleados, heridos, que han tocado fondo, pero de alguna manera invencibles, siempre memorables.

En estos cuentos hallamos lo mismo a un hombre abatido por una soledad insondable, que a otro que intenta alcanzar la libertad nadando hacia una base militar o una mujer que recuerda un romance perdido en el tiempo. La identidad sexual, la adversidad en un cruce fronterizo, el dolor de una violación, la mirada de una niña ante el cadáver de su hermano, son algunos de los temas de Luces, textos que penetran como certeros disparos, capaces de vulnerar al lector más sereno.

Quizás el hecho de que la escritora sea también una artista visual (sus fotografías son emotivas y turbadoras), tenga alguna relación con las imágenes que el lector percibe de los relatos de Luces: “La soledad deja de fingir, se desprende del disfraz y penetra poco a poco en el cuerpo de Arturo”. “El agua los ayuda a deslizarse suavemente, sus movimientos son apenas perceptibles y se acercan mucho más a las luces”. “Hay odio en los ojos, un profundo odio que se divisa a través de la palidez de su mirada”. Estas oraciones rebotan en la memoria del lector, que lo mismo se siente abatido por la soledad de Arturo el personaje del relato; que inquieto por lo que podría pasar con los dos hombres que se deslizan subrepticiamente por peligrosas aguas hacia la Base Naval; o erotizado ante la sugerente propuesta de carne y deseo que se describe en el relato Despertar.

Ena Columbié escribe con elegancia, con poesía. Las palabras tejen con mesura y sin sobresaltos lingüísticos los cuentos que parecen flotar para conducirnos (seducirnos) y llevarnos invariablemente a una historia sobrecogedora No son cuentos complacientes, ni mucho menos anecdóticos. Todos, tienen una fuerte carga emocional que altera los sentidos.

En Luces lo mismo encontramos cuentos ambientados en Cuba, como La Base (el primer relato del libro), dedicado a quienes han perdido la vida o han quedado mutilados por intentar alcanzar la libertad cruzando a la Base Naval de Guantánamo, que otros describiendo las dificultados y las consecuencia de pasar la frontera entre México y Estados Unidos. Este cuento, Mojados, es uno de los mejores del libro.

En Luces (cosa rara en un libro de cuentos), todos los relatos son buenos, fruto de una prosa ecuánime y sin otro compromiso conceptual que no sea emoción y sentimiento. Hay un nivel narrativo equilibrado, impactante. Todos los textos tienen un enfoque duro desgarrado, y dejan irremediablemente un sabor amargo. Casi siempre la buena literatura viene de la mano de dolorosas realidades. Los cuentos de Ena Columbié tienen ese sello.

Luces se presenta el viernes 25 de enero, a las 7 de la noche, en la Galería Iván Galindo Art Studio, 2248 SW Calle 8. La presentación estará a cargo del editor del libro, Rodolfo Martínez Sotomayor y el escritor Ernesto G. Más información en el 305-967-8928.

 
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