Noche de la presentación del libro Tres dramaturgos, tres generaciones
 
Miami, octubre 18 de 2012

Palabras de Luis de la Paz

TRES DRAMATURGOS, TRES GENERACIONES

La publicación de un libro es siempre un acontecimiento que hay que recibir con alegría, porque en sus páginas se recogen vivencias, emociones, experiencias; y porque de alguna manera marca el inicio de algo. Así de simple, de algo. Un algo maravilloso y misterioso, que toma su curso desde el momento en que el proyecto cobra vida propia y se convierte en un objeto físico (se hace libro), capaz de esparcirse, y nunca mejor dicho, circular, pasar de mano en mano, de lector en lector.

Rodolfo Martínez Sotomayor ha tenido, primero, la atinada idea de crear la Editorial Silueta. Desde el 2006 ha publicado una treintena de títulos, cantidad bastante notable para una casa editorial independiente y cuya misión es mucho más literaria que comercial. Luego, la oportuna idea de preparar Tres dramaturgos, tres generaciones, con textos de Matías Montes Huidobro (Sagua La Grande, 1931), José Abreu Felippe (La Habana, 1947) y Ernesto García (La Habana, 1969), todos cubanos exiliados, establecidos en Miami.

El volumen recoge tres maneras de enfocar y ver el teatro, con entrevistas y ensayos de Rodolfo Martínez Sotomayor, sobre la obra de tres dramaturgos. Montes Huidobro, nos entrega La sal de los muertos, pieza escrita en 1960, publicada en su versión original de tres actos en Teatro selecto contemporáneo hispanoamericano, en 1971. La presente es una reciente versión, creo que expresamente trabajada para este proyecto, reorganizada y abreviada a un acto. Es una pieza que se inserta perfectamente en la corriente del teatro de la crueldad y el absurdo, que tanta influencia ejercieron en las décadas del cuarenta, cincuenta y sesenta, ayudando a fortalecer, renovar, y revitalizar el teatro. La obra de Montes Huidobro está ambientada en 1958, tiene como eje la corrupción y la avaricia, temas muy recurrentes en el teatro cubano de aquellos primeros años de la revolución castrista. El compilador del libro, al evaluar el teatro de Montes Huidobro y en particular la obra que incluye en el volumen señala: "Las preocupaciones sociales de Montes Huidobro, presentes en su literatura, son una zona que ofrece vital importancia para interpretar la época que le tocó vivir o "padecer", con una visión objetiva de la realidad. La sal de los muertos, es una obra que ha superado la difícil prueba de los años"; algo con lo que coincido plenamente.

José Abreu Felippe, respondió al llamado de Rodolfo con Árido, una pieza escrita en el 2011. Un texto intimista y sobrecogedor, algo muy arraigado en su teatro (y en su obra en general). Su dramaturgia puede definirse, jugando un poco con aquello de cine de autor, como un teatro de autor, pues se aparta de las corrientes más inmediatas, toma distancia de rigores escénicos y comerciales, para embellecer sus textos con un lenguaje poético, proponiendo un espectáculo donde son las palabras y las emociones las que llenan la escena. En Árido, un hombre lamenta no haber cortado un mechón de pelo de un ser querido cuando este murió. Un frustrado viaje a New Orleans conduce al interior de ese deseo no realizado que, a través de la muerte, se propone cumplir. Una pieza turbadora, en medio de la aridez de la muerte.

Ernesto García, que domina el concepto teatral con sobradas habilidades (es escenógrafo y luminotécnico; compositor de los temas musicales y bandas sonoras de sus puestas, así como diseñador de los vestuarios, aquí sí vale añadir etcétera, etcétera, etcétera, aporta al libro Oda a la tortura, escrita y estrenada en el 2010. Esta es la única de las tres piezas recogidas en Tres dramaturgos, tres generaciones que ha sido llevada a escena. Aunque Ernesto ha escrito 13 obras, con el envidiable mérito de que 11 de ellas han sido estrenadas (aquí se evidencia la importancia de ser escritor, director y además tener una sala), Oda a la tortura es apenas su segunda pieza publicada. Su anterior trabajo recogido en un libro es El reloj dodecafónico, también bajo el sello de la Editorial Silueta en Teatro cubano de Miami, en el 2010. En Oda a la tortura, se aprecia la disposición de Ernesto García a abordar temas extremos, en particular la resistencia del individuo ante las adversidades (sean, cuáles sean estas). El autor presenta su obra a través de la presunta participación de un grupo de jóvenes, en el estallido de bombas y los brutales interrogatorios a los que son sometidos. Un texto realmente inquietante.
Tres obras que ofrecen una visión del movimiento teatral cubano en Miami. Piezas sacudidas desde experiencias disímiles, pero que tienen a la muerte como el eje que articula los tres valiosos textos.

Rodolfo Martínez Sotomayor, en su labor de coordinador de Tres dramaturgos, tres generaciones, ha acertado al escoger a estos tres autores, que han sido constantes en el teatro, y en muchos casos hasta renovadores de la escena. Tres dramaturgos que brindan en su conjunto, un panorama del teatro cubano contemporáneo en el exilio. El libro incluye también entrevistas a los autores, así como valoraciones y ponencias de Martínez Sotomayor sobre las obras, lo que facilita una mayor comprensión del mundo creativo de cada uno de los escritores que integran el libro.

En 1999 Alberto Sarraín le dijo a Omar Valiño, que el movimiento teatral cubano en Miami estaba "destinado a desaparecer", y ha sido todo lo contrario (incluso en estos días Sarraín está estrenando en este Miami fundamentalmente cubano que con tanta dureza y desprecio juzgó en esa entrevista publicada en la Gaceta de Cuba), lo que echa por tierra su propio vaticinio.
En años recientes Miami ha alcanzado un gran momento en la escena. Una decena de salas en la calle 8 y sus alrededores; festivales como este TEMFest, el del monólogo, el de pequeño formato y el Internacional, hablan del impulso que ha tomado el teatro, a lo que hay que añadir, por su parte, a aquellos que dedican su esfuerzo y recursos a promover en Miami exclusivamente el teatro que se hace en la isla, pues con su proceder, están dimensionando la importancia teatral de nuestra ciudad.

Es importante destacar que hasta la publicación de obras teatrales ha crecido, siendo la Editorial Silueta la que marca la vanguardia en este apartado. Basta una breve mirada: en los últimos dos años Silueta han publicado tres libros totalizando 13 obras, que es algo bien significativo y gratificante. Hoy el teatro está más fuerte que nunca, hay más salas, más obras, más talento incluso, todo ello gracias a distintos grupos de argentinos, colombianos, nicaragüense, españoles, venezolanos y fundamentalmente, al movimiento artístico de origen cubano, bque están haciendo de Miami una de las plazas más interesantes para el teatro en Estados Unidos. Ojalá que siga así.

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