Noche de la presentación del libro Un día habrá que contarlo
 
Miami, julio 27 de 2013

Palabras del autor Levente Csender

¡Buenas noches!

En la parte del mundo de donde yo vengo, se sabe muy poco de ustedes. Más o menos que hay una ciudad en América, con una playa preciosa, donde rodaron la serie televisiva Miami Vice.
Cuando contaba a mis amigos que tendré un libro en español, me felicitaron. Cuando añadí que saldría en Estados Unidos, me miraron sorprendidos. Y cuando precisé que me editaba una casa cubana, se confundieron definitivamente.

Tengo que confesar que me sorprendió a mí también que mis historias de Transilvana (que en la misma Hungría a veces no se entienden), empiecen a sonar en otro idioma, al otro extremo del mundo.

Rodolfo Martínez Sotomayor, mi editor, dijo que su primera reacción fue que estos textos mío son relatos a cien por ciento cubanos. Lo juro solemnemente que no sé escribir relatos cubanos. Sólo escribo relatos. Es la mueca de la historia, que con ustedes en Cuba pasó lo mismo que con nosotros en Rumanía bajo la dictadura de Ceausescu. Muchos murieron, otros emigraron y cuando creíamos que esto quedaría así para siempre, vino la revolución y todo se acabó.

Claro, para que todo esto no se quede en húngaro, una lengua aislada sin parientes, se necesitaba a un refugiado de otra revolución, la húngara del 56, Gyorgy Ferdinandy que con su colaboradora María Teresa Reyes decidió transportar la literatura húngara contemporánea al público hispano de Estados Unidos. Son ellos que después de la trágica desaparición de Heriberto Hernández Medina, el poeta cubano con quien colaboraron anteriormente en Bluebird Editions, encontraron el apoyo de la Editorial Silueta, con Rodolfo Martínez Sotomayor y Eva M. Vergara, sus directores. Es de esa nueva colaboración, apoyado por el ministerio de la cultura húngara y de la asociación de escritores húngaros que salió el libro aquí presente.

Les doy las gracias a todos ellos. Esto se llama la coyuntura feliz de los planetas. La labor del escritor consiste en escribir, y dejar que los ángeles y los diablos empiecen a luchar por él.
¡Esta vez ganaron los ángeles!

Gracias por estar aquí esta noche.

silueta@editorialsilueta.com
Copyright © Editorial Silueta