JUAN CUETO ROIG: CUENTOS CONCISOS Y CURIOSOS
Por Olga Connor, El Nuevo Herald
Martes, 21 de abril de 2009

"La concisión es hermana del talento" (Antón Chéjov) fueron las palabras que citó Rodolfo Martínez Sotomayor a la hora de presentar a Juan Cueto Roig y su nuevo libro Veintiún cuentos concisos (Editorial Silueta) en el Centro Cultural Español de Coral Gables.

De nuevo el escritor tardío nos presentó uno de sus libros, que parece sacar debajo de la manga ahora que está jubilado y se puede entregar por completo al lujo de la creación. Cada vez lo logra con mayor esmero. Esta edición está repleta de curiosidades. Especialmente el cuento La entrevista, que Daniel Fernández escenificó en compañía del autor, que hizo el papel de Dios.

Sotomayor destacó que "la economía de recursos en el lenguaje y la capacidad de sintetizar grandes temas en breves crónicas o cuentos produce en ocasiones obras que ratifican las palabras de Chéjov, como lo es el caso de Cueto Roig". También destacó su sentido de la ironía, que "trasmite una irreverencia necesaria para escapar de la prisión del espíritu". Recordó oportunamente la opinión de Jorge Mañach sobre el choteo cubano y la capacidad para burlarse hasta de las cosas más sagradas, lo que es obvio en estos cuentos. Aunque no hay elementos vernáculos en Cueto Roig, afirmó el presentador, más bien se nos presenta como un lord inglés flemático y sobrio con cándido afán de esconder su edad.

"Hay aquí desde el chiste hasta la anécdota probablemente real, desde la posible recreación autobiográfica y terrible hasta la parodia del estilo alambicado y críptico de algunos escritores", escribió Daniel Fernández en su reseña del 27 de marzo en este diario, pero en persona destacó además que el autor compartía con los alquimistas la clave de destilar la sabiduría. Cueto Roig no perdió la oportunidad de afiliarse a las ideas de Jorge Luis Borges, quien resumía novelas en cuentos, y cuentos en poemas. También recordó a Baltasar Gracián, conceptista notable, que es digno ascendiente de este cuentista cubano nacido en Caibarién. "Pienso que los libros deben ser leídos tan reservadamente como fueron escritos, según pensaba Thoreau", dijo Cueto Roig, pero sintió júbilo de que allí estuvieran muchos amigos suyos, y algunos muy notables, como el artista cómico y pintor Armando Roblán y su esposa Gloria, el pintor Gilberto Marino y la soprano Hortensia Coalla.

 
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