'OJO DE PEZ, ESE OJO INSOMNE'
Palabras de Gumersindo Pacheco sobre el libro Ojo de pez y otros relatos

Lo primero que asoma en este libro, es la prosa llana, escueta, construida a base de frases cortas, agudas, certeras, con que Susana Della Latta va develando a través de sus páginas, los conflictos externos e internos de sus nada comunes personajes. Por tanto comparto esa opinión vertida ya por el escritor y crítico Luis de la Paz.

Lo segundo en Ojo de Pez, aparte de la ausencia de alardes o de rebuscamientos formales, es que nos adentramos en situaciones marcadas por una honda sinceridad, en conflictos y asuntos poco tratados o poco desarrollados de ese modo, y cuya verosimilitud escapa a cualquier tipo de duda. Susana está tan convencida de aquello que describe, de la veracidad de sus personajes, que le importa tres pepinos que el lector le crea o no le crea, y eso, precisamente, le insufla más realismo a sus historias.

En sus textos no sólo vamos a encontrar el clásico final sorpresa (Allan Poe), o el desenlace suave y reflexivo, que siembra la simiente de otra historia en la mente del lector (Maupassant); sino también la irrupción del relato moderno (Anton Chejov). Susana sabe lo que hace y lo que quiere, conoce que los cuentos son más mentirosos al principio y al final de los mismos, y escribe puros nudos, se adentra a los conflictos en las primeras líneas, escapando de ellos con unas pocas oraciones que sugieren un final, que tampoco es concluyente.

No en balde nos advierte, con la escritora y cineasta Margarite Duras, su concepción de la escritura. Es contar una historia y la ausencia de esa historia. Es contar una historia que ocurre por su ausencia: he ahí todo el misterio.

Los relatos de Ojo de Pez, ese ojo insomne, simplemente son, van al grano, dicen y sugieren. Con locaciones tan distantes como Toronto y el cono sur, pasando por México, Miami, Centroamérica, sus treinta y ocho relatos (38 en la charada es dinero, ojalá le traiga mucho) están unidos por un realismo brutal, sin paños tibios, cruel, irónico, mordaz, indiferente de los ojos que pasarían luego por sus líneas.

Para mí constituye un motivo de orgullo presentar este libro, bellamente ilustrado, con un edición cuidada, y no me queda agregar otra cosa que invitarlos a su disfrute y dar las gracias a Susana Della Latta por este su alumbramiento, su grito de guerra al mundo de los éditos, y a la Editorial Silueta, por enriquecer con este ejemplar, el panorama literario de Miami.

Muchas gracias.