Palabras de Rodolfo Martínez Sotomayor

Conexos al papel

Si partimos de la teoría de que cada espacio cultural, similar a una obra de arte, adquiere vida e identidad propia, puedo imaginar que en 2011 Conexos era un ser vivo con cinco sentidos en busca de editores para germinar. Revoloteaba como un sueño donde convergieran escritores de múltiples generaciones y nacionalidades.

Ya Ernesto G., Eva M. Vergara y yo habíamos trabajado juntos en varios proyectos literarios, en los propios: la Editorial Silueta y la compañía de cine iSawFinger Productions, y apoyando los de algunos amigos. Pero esta vez se trataba de crear una revista con proyección hispanoamericana realizada desde Miami.

Para el logo elegimos El nido de Jonás, cuadro de Heriberto Mora, en el que según la interpretación de su creador, un libro imita la cola de una ballena, simbolizando a la razón como parte de un todo invisible sumergido hasta la supraconciencia. Ese concepto, que sugiere que solo por medio del intelecto puede distinguirse un fragmento de la verdad, se avenía en perfecta comunión con nuestro perfil.

Buscamos entonces un lema: "una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales o geográficas". Ni la trayectoria literaria ni la biografía de cada autor serían determinantes a la hora de decidir qué publicar. Tampoco el país de origen o de residencia.

Conexos arribó a su adolescencia asumiendo el patrocinio de la presentación de varios libros. Su alcance propició que recibiéramos traducciones de escritores de Bélgica, Isla Guadalupe y Suecia, por citar tres países de distintas lenguas. Vale destacar que la mayoría de edad ha sido posible gracias a la incorporación de Francisco Larios, Yosie Crespo y Juan Carlos Valls a nuestro equipo de redacción.

Esta selección de Conexos incluye trabajos que han visto la luz durante los dieciséis meses de existencia de su versión digital. Agradecemos además la colaboración de Elizabeth Mirabal y Carlos Velazco como editores invitados en la primera entrega impresa de la revista.