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'MICHAEL H.
MIRANDA: PARA (NO) VIVIR EN UN PAÍS EXTRAÑO' Michael Hernández Miranda (Holguín, Cueto, 1974) ha venido desde el lejano Oeste (College Station, Texas, donde prepara su tesis de doctorado) para mostrarnos su primer poemario escrito a medio camino entre Cuba y Estados Unidos. En país extraño (Editorial Silueta, 2014) es la oferta para el próximo 7 de agosto en el Centro Cultural Español de la Ciudad del Sol. Miranda
es un editor de libros escritos a orillas de la provincia, durante años
trabajó para la editorial de la localidad cubana en que vivía,
y luego de algunas escaramuzas por hacer una promoción alternativa
(Revista Bifronte, 2005-2006), salió hacia Estados Unidos, donde
ha colectado un racimo de poemas que trae envueltos en un país
que no le parece muy "extraño". "no hay nada en el mundo llamado hombre o mujer/ hemos buscado hasta la desesperación algo más allá de nosotros/ mismos. nos queda el silencio. nos queda la soledad como/ una espada de cobre que se multiplica." Lo mejor de meterse de cabeza en este "país extraño" es que se lee sin pensar en el golpe de las generaciones que tanto daño ha hecho en los últimos años en Cuba. La isla se desguazó entre críticos y advenedizos que intentaron enmarcar una foto que no había. Para
leer "todo lo que no digo ni diré tiene el sabor del agua"
no hace falta una cartografía grupal. Michael (Hache) Miranda
lo ha entendido a la distancia de cinco años fuera del muro ficticio
de su otro país. Estamos en presencia de un poeta que pone la
palabra por encima de cualquier prebenda. Y Michael viene de un país
donde esa simple acción cuesta bien cara. Un esfuerzo editorial Este poemario se ubica entre la última decena de libros publicados por Silueta y la obra encomiable de cubanos que aparcaron su obra literaria lejos de los falsos reflectores, más allá del compromiso de los aplausos. La editorial Silueta viene marcando las huellas de la literatura cubana, y lo hace hacia delante, abriendo un camino o sus alas, para que otros escampen de tanta censura del país del que han partido. Es algo que se agradece de antemano. Miami ha sido tildada de ser "un desierto literario" y lugar "del cubaneo", acepciones lanzadas de manera peyorativa. Sin embargo en la ciudad floridana se han asentado desde 1959 destacados intelectuales cubanos que escaparon de la represión y la censura en la isla. Economistas, ensayista y filólogos han ocupado importantes cargos en centros educacionales de la localidad como la Universidad Internacional de la Florida (FIU) o el Miami Dade College (MDC). En los últimos lustros las pequeñas editoriales se han encargado de promover y comercializar la obra de los escritores cubanos, dispersados por diversas partes del mundo. A Silueta se unen Neo Club Ediciones y Alexandria Library, entre otras. En
una rápida lectura se comprende que estamos invitados a una poesía
sin amarres lingüísticos: "desnudo estaré cuando
vuelvan a preguntarme/ de dónde vienes.// y diré: tengo
una palabra aquí/ una palabra / sola/ dura de matar/ una palabra
/ isla/ dura de matar/ una palabra / balazo en la cabeza.// la isla
es un punto cardinal en esta fiesta.// a quién le debo yo mis
dos orillas." El poeta reside en College Station, Texas, donde escribe una tesis sobre la narrativa cubana en el exilio. La presentación será a las 7:00 p. m. y estará a cargo del destacado ensayista y profesor Joaquín Badajoz. |
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