'DE LA LUZ SU FONDO, IMPULSO HACIA EL MISTERIO'
Por Ángel Velázquez Callejas, NeoClub Press
Martes, mayo 15 de 2012

Con una magnífica introducción a cargo de Ignacio T. Granados, hoy leemos de un tirón, con gracia y deleite, la última entrega del poeta cubano Efraín Riverón, De la luz su fondo (Editorial Silueta, 2012), cuyo título me parece adecuado y puntual. Como bien señala Rolando Jorge en la contraportada del libro, Efraín "el hombre" (el humano) canta su visión, cosa que para mí hace de este poemario, breve y conciso, un pretexto para decir además que gran parte de las vivencias cotidianas de este autor, las que por medio de la poética al uso ha expresado, se yuxtaponen en una sobresaliente coherencia entre experiencia, significado y lenguaje.

Tal y como se dice en la introducción, este es "un libro de décimas, con la peculiaridad de que sus versos no son octo, sino pentasílabos, una originalidad extrema…". Y me parece que es verdad. Ahora bien, la influencia del formalismo haiku (la estructura expositiva y expresiva del haiku) en esta propuesta es un hecho que pudiera estar enmascarando un sentido de rompimiento, a veces por la necesidad de hacer de las imágenes, el imago, todo un sistema compacto y silencioso. No estaría mal asumir esta responsabilidad constructiva del autor cuando la experiencia poética se sobrepone al formalismo del verso.

El haiku en Japón ha sido siempre una señal tentativa, una indicación nada más, un apuntar con un dedo hacia el sistema de experiencias, significados y lenguajes que se sedimenta en la profundidad humana con una peculiaridad trascendente. Aun cuando este fuera el objeto poético del autor, lo que ha hecho Efraín en esta ocasión es apuntar con sus dedos hacia la superficie de las cosas, porque de lo que se trata aquí es de capturar la imagen (la expresión lingüística) desde la percepción.

Por ejemplo, qué sabemos de la Ceiba. Hasta dónde hemos llegado a conocerla en profundidad, si Ceiba sigue siendo una palabra, una cosa clasificada mediante una construcción lingüística/sensible. Es así como la palabra Ceiba contiene en la experiencia sensible un significado lingüístico. Efraín capta muy bien el mensaje y dice:

Hoja y rito
Mitología
De brujería.
Rincón ahíto
De sombra o mito
Se nos presenta,
Y que nos cuenta
Con verde euforia,
La siempre historia
De una tormenta.

Hasta ahí su historia. Hasta ahí el significado. Y entonces Ceiba deviene una etiqueta lingüística utilitaria, una luz que corresponde finalmente a ese dedo que apunta pero del cual todavía no sabemos a lo que apunta. Para mí lo importante es que no sabemos qué es lo que Es. Cántese en décimas o en lo que sea, lo importante es captar el espacio que se oculta entre ese dedo y lo que Es. Las características lingüísticas de Ceiba no son lo que Es. Y así es con todos los objetos poéticos en este libro. El hecho de nada más haber señalado la existencia de ese espacio, hace que De la luz su fondo condene la tradición y ponga a nuestra disposición un impulso para introducirnos en los misterios de la poesía.

 
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