'EL INSTANTE: FIN DE UNA PENTALOGÍA'
Domingo, agosto 14 de 2011, El Nuevo Herald
Por Manuel C. Díaz

A diferencia de tetralogía o trilogía, el término "pentalogía" no aparece (aunque se acepta su uso porque es una palabra bien formada) en los diccionarios. Quizás sea porque la Academia de la Lengua piensa que no hace falta. Después de todo, son pocos los autores contemporáneos cuyo alcance argumental y temático necesite una pentalogía. La mayoría se acondiciona a ese canon editorial no escrito (60,000 palabras y un argumento plausible coherentemente distribuido en una docena de capítulos) que rige la lista de los bestsellers. Hay excepciones, claro. Pero ni aun ésas -pienso en The Century, la reciente trilogía de Ken Follet- se atreven con la mágica cifra de cinco. Sólo algunos libros, como el bíblico Pentateuco, pertenecen a esa exclusiva categoría. Existen otras, más cercanas en el tiempo, como la Twilight de Stephanie Meyer, o la ambiciosa -ya en el ámbito de la literatura cubana- El olvido y la calma de José Abreu Felippe, que acaba de concluir con la publicación de la novela El instante (Editorial Silueta, 2011), la última de la serie.

Saber atrapar al lector desde el principio y no permitirle tomar aliento hasta el final es un don que sólo unos pocos escritores poseen. José Abreu Felippe es uno de esos pocos. Y una prueba de ello es esta novela que, aunque escrita sin concesiones estéticas y llena de un violento lirismo, de alguna misteriosa y poética manera -por el sólo embrujo de su perturbadora prosa- se convierte en un verdadero page turner. O tal vez sea también porque su trama -si es que hay alguna en este alucinante recorrido de la memoria- rescata del olvido (para aquellos que la vivieron) la cotidianeidad de una generación que se hizo adulta entre el deslumbramiento y el desengaño que les provocó la Revolución cubana.

El instante abarca el período de los años 70 ("La Habana todavía era una ciudad que se podía caminar y las tardes desembocaban todas en el malecón") contados desde el punto de vista de Octavio, el personaje principal y voz narrativa de toda la pentalogía, quien, recién salido del Servicio Militar Obligatorio, "se prepara para vivir, con toda la intensidad que le sea posible, su juventud". Algo que, en cierta forma, logra. Sobre todo cuando reafirmando su compromiso con la literatura, comienza a leer a los clásicos ("Ya había acabado con el Amadís y las Sergas de Esplandián. Ahora estaba redescubriendo El Quijote"), o cuando encuentra en Hugo, su amante, el amor verdadero. La novela concluye con los dramáticos sucesos de la embajada del Perú ("¿Y ahora qué? ¿Debíamos abandonarlo todo y correr hacia aquel sitio que representaba, entre otras cosas, una posibilidad, una vía, para alcanzar la libertad? ¿Debíamos mis hermanos y yo acudir a aquella delirante convocatoria?") y el éxodo del Mariel ("No se podía llegar hasta la entrada del Fontán, tenían tirado un cordón y había cientos de gentes de las milicias, de los comités, de las escuelas, y hasta de los centros de trabajo que traían constantemente en camiones: "¡Que se vaya la escoria!". En la escena final, Octavio, que no logra entrar a la embajada con sus hermanos, decide quedarse en Cuba para cuidar de sus padres -que no quieren marchar al exilio- y debe despedirse, quizás para siempre, de Hugo: "Un rojo sucio se derretía sobre los edificios del otro lado de la calle, unas nubes oscuras centellaban ajenas a mi tragedia. El peso de la tarde que ya caía se hacía sentir sobre los cuerpos apurados, que se opacaban, silenciándolos". La Habana, desde aquel día, ya no sería la misma. Y las tardes no volvieron a desembocar nunca en el malecón.

El instante es un cierre justo a uno de los proyectos literarios más abarcadores emprendidos por un escritor cubano exiliado. Junto a los otros volúmenes que conforman la pentalogía (Barrio Azul, Sabanalamar, Siempre la lluvia y Dile adiós a la Virgen) esta novela es la historia de una familia que, a pesar de haber enfrentado numerosos conflictos, permaneció unida. Escrita con increíble franqueza es también, en cierta medida, la historia de una generación. Una generación cuya asfixiante existencia sirvió de telón de fondo para que Abreu pudiera deshacerse de algunas de sus más antiguas obsesiones.

José Abreu Felippe (La Habana, 1947) se exilió en 1983. Vivió unos años en Madrid y desde 1987 reside en Miami. Es poeta, narrador y dramaturgo. Ha publicado, además de las cinco novelas de El olvido y la calma, tres volúmenes de poesía, entre ellos El tiempo afuera (Premio Internacional de Poesía Gastón Baquero 2000), así como dos libros de cuentos y tres piezas de teatro. o
Presentación de El instante, de José Abreu Felippe. El jueves 18, 7:30 p.m. en Havanafama Theatrical Company. Presentación a cargo de Luis de la Paz y Rodolfo Martínez Sotomayor. 752 SW 10 Ave. (305) 796-4589.
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