SAKUNTALA LA MALA contra LA TÉTRICA MOFETA
Por Luis de la Paz, Diario las Américas
18 de septiembre de 2009

Si Daniel Fernández viviera en Cuba y gozara del respaldo oficial, como Leonardo Padura o Pedro Juan Gutiérrez, estoy seguro que las grandes casas editoriales de Europa se hubieran disputado la publicación de Sakuntala la Mala contra la Tétrica Mofeta. Pero como Daniel es un exiliado anticastrista, ex preso político y reside en Miami, su gran novela, la tuvo que dar a conocer con una pequeña, pero pujante editorial, que apenas ha publicado seis títulos. Ellos se la perdieron, como diría un amigo mío.

Sakuntala la Mala contra la Tétrica Mofeta (Editorial Silueta, 2009), es una de las más sobresalientes piezas de la literatura cubana, y una de las grandes novelas escritas en el exilio. La historia se inicia cuando el periodista de El Nuevo Herald Daniel Fernández, recibe en la redacción del periódico a Daniel Sakuntala, personaje literario del escritor Reinaldo Arenas. Sakuntala quiere aclarar una serie de calumnias, bretes y falsedades difundidas por Arenas en sus obras sobre él. El resultado son seis largas conversaciones entre el reportero y el personaje, y un libro sorprendente.

Los diálogos son tan deliciosos como alucinantes, tan cultos como petulantes, tan irónicos como gratos. En los encuentros Sakuntala revela los subterfugios literarios de Arenas: "Yo creo que el mayor problema para entender la obra de Reinaldo es que escribió con demasiada complicidad con el lector, demasiados guiños que iban dirigidos a nosotros, su generación, sus contemporáneos. Esto demuestra su inexperiencia literaria; pero a la vez le da cierto candor, cierta ternura...".

El libro de Fernández, a pesar de la palabra "contra" en el título, constituye uno de los más hermosos homenajes al escritor más importante de la etapa del castrismo. Las revelaciones que le hace Sakuntala al periodista son devastadoras, no dan tregua, no dejan títere con cabeza. Las anécdotas, las referencias literarias, como la que describe las tertulias en las que participaba Virgilio Piñera, al que Arenas le atribuye en El color del verano, la escena de "los poemas efímeros", los cuales tras ser leídos eran quemados. En realidad, quien hacía eso era Daniel Sakuntala, no Virgilio Piñera.

La novela es un fresco de la sociedad cubana de los años sesenta y setenta, cuando el castrismo se consolidaba, era más intolerante que nunca y la juventud, más rebelde, irreverente y desafiante. Entre los momentos más impactantes del libro está el relato donde Daniel, ya en prisión, conoce los detalles de la muerte del escritor Nelson Rodríguez, que fue fusilado por el régimen.

El retrato hablado que describe Sakuntala la Mala contra la Tétrica Mofeta, traza también el perfil del mundo homosexual de La Habana, con sus personajes extravagantes y la perenne persecución de la policía política.

El libro está estructurado de una manera original y práctica. Las conversaciones dan paso a una trascripción particularmente sustanciosa de un diálogo telefónico entre Sakuntala y Reinaldo Arenas. Luego, en un Epílogo, se incluye una obra de teatro en la que intervienen algunos de los personajes del libro, para finalmente dar paso a un apéndice, que contiene las "escenas cortadas" que el propio Sakuntala le pidió a Daniel que no diera a conocer.

Sakuntala la Mala contra la Tétrica Mofeta, es uno de esos libros que realmente hay que leer.

 

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